18 dic 2010

En picado - Nick Hornby


Si ya estas en la azotea, salta! rezaba el estribillo de aquel temazo de Don Cornelio y la Zona, cuya cinta solía repetir infinitamente en los ochenta, fogoneado tal vez por la inútil disposición del comfer de prohibir su difusión por los medios masivos, al considerarlo una apología del suicidio. También fue al influjo de este tema, que vi por primera vez en vivo a un cantante abandonar la firmeza de las tablas del escenario para lanzarse en caída libre sobre las cabezas de alucinados fans, que recibían en sus brazos al poeta Pandolfo, como si este fuese maná del cielo.

En picado, se pone a prueba el postulado de aquella canción, cuando el último día del año, cuatro desconocidos coinciden en subir los treinta metros que separan la azotea de un emblemático edificio con la vereda, esmerados en el utilitario objetivo de sumar suficiente fuerza de gravedad en sus cuerpos al momento de estrellarse contra el duro pavimento, situación que les garantizará un suicidio eficaz. Motivos para tan extrema decisión nunca faltan cuando el balance que suele hacerse por estas épocas, les ha arrojado un resultado exageradamente negativo a los cuatro, presentados aquí por orden de aparición:
Martin: un conductor televisivo bastante conocido caído en desgracia después de ser descubierto cogiéndose una quinceañera, traspié que le costo la perdida de esposa e hijas, trabajo, libertad y reputación.
Maureen: madre soltera de un joven con parálisis cerebral, hastiada de su insubstancial vida.
Jess: Joven rebelde e irrespetuosa, hija del ministro de educación, cuyo novio la ha abandonado y que carga con la desaparición de su hermana mayor.
JJ: guitarrista de una incipiente banda de rock que acaba de desmembrarse, finge una enfermedad terminal ante los demás, ante la trivialidad de su móvil suicida.

Aunque el porvenir los espante, el cuarteto no esta muy convencido de las bondades que depara el sueño eterno, por lo que deciden posponer por 90 días sus intenciones, pactando en ese lapso periódicas reuniones, de las que se sirve el autor para destilar con su particular humor, las múltiples formas que adoptan las relaciones humanas cuando prima la adversidad, la soledad y la baja autoestima. El libro esta estructurado en las voces de cada uno de los protagonistas, quienes a su turno van narrando su visión de los acontecimientos y como en casi todas las novelas de Hornby, los finales se desencadenan como un retorno a la “normalidad” inicial después de atravesar la zona de tormentas. No les dije ya, que Hornby es un maestro? Hace falta que lo repita? Ok.

No hay comentarios.: