28 ago 2009

La Carretera - Cormac McCarthy


Cormac McCarthy es un escritor antiestrella. Esta modalidad marketinera, cuyo caso emblemático es el también norteamericano Thomas Pynchon, consiste en hacerse el misterioso, no dar entrevistas, no fotos, no presentaciones y tener un paradero incierto. (Advertencia: chicos, no lo intenten en sus casas: solo funciona si uno escribe como ellos.)

Sus trabajos empezaron a publicarse en español en el 2001, después del éxito de Meridiano de sangre, aunque su popularidad explotó en el 2007, cuando los geniales Hermanos Cohen adaptaron su novela No es país para viejos, y con la ayudita de Javier Bardem, la convirtieron en un Oscar. Casi para la misma fecha que la peli se estrenaba en argentina, Cormac ganaba el Pulitzer con La Carretera, su posterior novela que también fue llevada al cine (el trailer puede verse linkeando aca) cuya reseña es lo que sigue: En iunaiteisteis parece que hubo un quilombo realmente grosso (léase: guerra nuclear, catástrofe natural, menemismo, etc.) Una nube de cenizas cubre totalmente el sol, frío y lloviznas casi constantes, muy pocos sobrevivientes y fundamentalmente: hambre. Padre e hijo marchan, con sus pocas pertenencias arrumbadas en un changuito de super, siguiendo la ruta que va al sur, al mar o quizás a otro lugar más ameno. No huyen, solo caminan buscando comida y esquivando peligros, que los hay. Esa es la trama, desarrollada con una prosa contundente, recia y desolada, a tono con el paisaje que describe y que es imposible no habitar mientras se lee, y es ese el gran merito de esta novela: empujarnos, en ese contexto apocalíptico, a responder las terribles preguntas que se insinúan.

22 ago 2009

Cuarteles de Invierno - Osvaldo Soriano


En la cementicia y despojada aula de un colegio de Villa Nueva, a fines del año pasado se presentó el reconocido escritor Andrés Rivera. Asistí y disentí, en cuanto le oí decir que todavía no se escribió una novela que valga la pena –textual- sobre los oscuros años del proceso militar; apresurado le inquirí si tal afirmación no olvidaba “Cuarteles de Invierno”, -cual? de quien es? -soriano, le apunto su mujer, y la despectiva mueca resultó elocuente como respuesta. Aunque conocía su desinterés por el fútbol, lo imagine poseído por un desbordado fanatismo quemero, razón que lo impulsaba con total autoridad, a denostar cualquier ser o ente que tuviese relación con San Lorenzo, divisa que supo amar como pocos, el gordo Soriano. Liberado así, de aquel gesto ninguneante y pasional, comenzare a reseñar la mejor novela que he leído sobre aquellos terribles años.
En la misma Colonia Vela de “no habrá más penas ni olvido”, gobernada ahora, con total anuencia y apoyo de las “fuerzas vivas”, por un militar, son contratados para actuar en las fiestas patronales un cantor de tangos medianamente conocido y un boxeador en decadencia, quienes no solo comparten la única habitación del hotel, sino también la pretensión de hacer su show, cobrar y volver inmediatamente a Bs As. Un incidente mínimo, como la negativa a firmar un autógrafo, da inicio a una serie de acontecimientos que arrastran a estos personajes comunes a salirse del libreto y enfrentar la humillación y el abuso, con la única arma disponible: la dignidad. Soriano logra con una historia simple, reflejar de manera extraordinaria la atmósfera de aquellos años y lo hace obviando la denuncia directa y explicita, apelando a la metáfora de una manera que no deja dudas en su mensaje. Y eso es literatura, por más que a los hinchas de huracán no les guste.

15 ago 2009

Tokio Blues - Haruki Murakami


Madera Noruega (norwegian wood) es un tema de los Beatles, cuyo título hace referencia al pino barato utilizado en Inglaterra para construir casas de clase media/baja. En la canción, una de estas construcciones es incendiada por un jovencito despechado, cuando su novia, después de invitarlo a su dormitorio, le histeriquea haciéndolo dormir en la bañera.
El protagonista de Tokio Blues, Toru Watanabe, al oír este tema por los altoparlantes del aeropuerto en el que espera abordar un avión, comienza a recordar vivencias de su dificultosa juventud: el suicidio de su mejor amigo, su posterior viaje a Tokio para estudiar en la universidad y la relación con la ex-novia de aquel, Naoko, cuya estabilidad emocional decae día a día, y a pesar de los esfuerzos de Toru, es internada en una granja de rehabilitación. En ese lapso, conoce a una compañera de clases, Midori, cuya vitalidad y desfachatez pone en blanco sobre negro la relación con la depresiva y amada Naoko. Alrededor de este triángulo afectivo, se mueven algunos personajes muy fuertes, como el egocéntrico Nagasawa o la inquietante compañera de cuarto de naoko, Reiko.
La estructura de la novela no contiene nudo y desenlace, sino más bien se lee como lo que son: recuerdos de un pasado atravesado por la presencia constante de la muerte y la depresión, cuyo magistral relato te arrastra lánguidamente hacia esa atmósfera, por lo que recomiendo evitar la presencia cercana de elementos punzocortantes durante su lectura, especialmente si esta ocurre en días grises y lluviosos.
Superando estos pormenores, la novela es realmente buena, tiene diálogos muy interesantes y su desarrollo nos permite conformar una excelente idea de cómo es la sociedad japonesa actual, ofreciendo algunas respuestas al por que ostentan una de las tasas más altas del mundo en el ítem suicidios.
Hablando un poco del autor, Haruki Murakami es probablemente el escritor nipón de mayor circulación mundial y una especie de puente literario con occidente; fanático del jazz, tradujo a varios escritores norteamericanos como Scott Fitzerald, Carver, Irving, Salinger y otros.
Particularmente me resulta un escritor ambiguo en cuanto a sus producciones, Tokio Blues y Kafka en la orilla, me resultaron novelas espectaculares y abandoné a poco de comenzar, la última editada en argentina: After dark; también me resulto penoso seguir con Spútnik mi amor y apenas si pude terminar un par de cuentos de los varios publicados en Sauce ciego, mujer dormida. Seguramente no haya sido el momento de leerlas. Sabrán esperarme.

9 ago 2009

2666 - Roberto Bolaño



Roberto Bolaño es, de unos años a esta parte, sin lugar a dudas el escritor latinoamericano de mayor prestigio mundial. Chileno de nacimiento, vivió muchos años en México, país que influencio sus principales obras, varias de las cuales ya forman parte de aquellos libros catalogados como de imprescindible lectura y que contribuyeron a que se ganara el reconocimiento de la crítica especializada y la mayoría de sus pares. Sin embargo, para convertirse en mito, le faltaba rendir un último examen: muerte prematura; bolilla que aprobó muy a pesar suyo, a mediados del 2003. Posterior a ese echo culminante, y ya con la cucarda de mito en su recuerdo irreverente, se editó 2666, su obra síntesis.
Libro de tamaño y precio intimidante, fue concebido no como uno, sino como cinco volúmenes que el Beto quería editar individualmente, uno por año; sus familiares y J. Herralde, su editor, decidieron una manera de homenaje, y en beneficio de la comprensión más acabada de la obra, publicarla en un solo tomo. Como lo buenos vinos, no bien uno siente su aroma de inicio, sabe que se trata de un bouquet distinto, al que es preciso saborear sin prisa y sin pausa hasta el final, al que arribaremos convertidos en Bolañistas acérrimos.
Son cinco historias, con un personaje que por acción u omisión las atraviesa y las teje: Benno von Archimboldi, un misterioso escritor alemán que, en el primer capitulo (la parte de los críticos) es buscado infructuosamente por un grupo de jóvenes críticos literarios estudiosos de su obra, que llegaran tras su rastro a la ciudad de Santa Teresa (Ciudad Juárez), en el desierto mejicano, ya la que también arriba, junto a su hija, un profesor chileno (la parte de Amalfitano) para dar clases en la Universidad. En la tercer parte, Fate, un periodista de Nueva York, viaja a la sórdida Santa Teresa a cubrir una pelea de box y termina interesándose por la interminable serie de asesinatos de mujeres que allí se producen, la que será referida puntillosamente en la densa cuarta parte (de los crímenes). Finalmente en la ultima parte,
Para los seguidores del chileno, su mejor libro fue los detectives salvajes; para mí, que comencé a leerlo al revés, por la última de sus obras, 2666 es la que mejor sabor me ha dejado. Fue como entrar a una iglesia por el altar, por el lugar a donde convergen todas las líneas, donde se suman todas las partes; perdiendo, por que negarlo, la riqueza del recorrido, pero ganando la sorpresa reveladora del todo.

5 ago 2009

Las grietas de Jara - Claudia Piñeiro


Sin echar mano a atributos tan en boga en los últimos tiempos, como el popular recurso del romance meloso o la fidelizante recreación histórica, Claudia Piñeiro se las arregla para crear novelas taquilleras, cargadas de actualidad y dramatismo, sin descuidar la tensión y el suspenso propios del género policial.
Lo hizo con sus anteriores trabajos, que sin aspiraciones de premio Nobel juegan a entretener y lo consiguen; me refiero a la reeditada Tuya, la casi autobiográfica Elena sabe y la más famosa, ganadora del premio alfaguara 2005: Las viudas de los jueves, que hoy se encuentra en proceso de filmación con un elenco de figuras consagradas y un premiado director a la cabeza. Siguiendo ese camino, me puse a leer Las grietas de Jara de reciente aparición, ignorando las suplicas de Hipnos, la terminé ya entrada la madrugada, sin un mínimo de arrepentimiento por las pocas horas de sueño que me quedaban.

El protagonista es un arquitecto de mediana edad, cuya vida se debate en la monotonía de un opaco matrimonio, una conflictiva hija adolescente en busca de su sexualidad y un trabajo que hace mucho dejo de satisfacerlo, en un pequeño estudio que construye edificios de departamentos en altura en Capital, a cargo del inescrupuloso arq. Borla y su hermosa socia Marta. El trío de arquitectos guarda un secreto que los condena: tres años atrás, durante la construcción de una torre, un obsesivo vecino intentó lograr un resarcimiento económico por las grietas aparecidas en su vivienda, lo que derivó en un crimen. La aparición de una joven haciendo preguntas sobre aquel vecino de apellido Jara, terminara por abrir una grieta en la vida del protagonista, que comienza a cuestionar su propia existencia, a preguntarse como fue que comenzó a recorrer la ciudad buscando viejos edificios para demoler, sin importarle que fuesen los mismos que en aquellos tiempos de facultad, miraba con regocijo y admiración; como fue que dejo de ver la arquitectura como profesión para ver solo un negocio y a vislumbrar que, si quiere vivir de otra manera, deberá animarse a pagar el precio. Una novela totalmente actual, que nos lleva a recorrer un catalogo de edificios emblemáticos de la ciudad de Bs. As, y nos plantea algunos interrogantes que tienen que ver con ese proceso de destrucción-construcción que se da en las ciudades, pero también, en la vida de las personas.

1 ago 2009

El pintor de batallas - Arturo Perez-Reverte

Hasta hace no tantos años, como recordaran ustedes, la biblioteca Municipal eme Moreno se ubicaba en el ingreso del Consejo Deliberante, a mano derecha como quien va a la sala de sesiones. Las dependencias ubicadas a mano izquierda, también eran parte de la biblioteca, solo que allí se ubicaban aquellos libros menos solicitados, entre los que se encontraba gran cantidad de volúmenes editados por la el circulo de oficiales del ejercito argentino en las décadas del 1940 – 50, bibliografía notablemente influenciada por las teorías militares germánicas, a las que en mi primera juventud devoraba con notable interés, y que dan fe las fichas de préstamo de aquellos libros que mantuvieron estoicamente durante años un único número de socio garabateado en sus renglones, el C718. Desconozco el destino que habrán tomado aquellos ejemplares de tapa amarronada, pero cuando el año pasado un cliente me pidió El pintor de batallas, -libro del que no tenía mayores datos que los referidos a su autor, a quien por otra parte no había leído nunca- me retrotrajeron a aquellas lecturas imbuidas por un espíritu pueril y belicoso.
Lo agarre entre semana, durante un par de cortas siestas y alguna que otra noche. Faulques, un maduro fotógrafo de guerra, se retira a vivir en un faro de locación imprecisa, en cuyas circulares paredes comienza a pintar todo el horror que ha visto, haciendo un recorrido por los conflictos armados que a cubierto con su cámara y constantes referencias a las mejores pinturas y fotografías del género bélico. La visita de un antiguo soldado croata, protagonista de una de sus fotos mas logradas, quien lo ha buscado durante años para vengarse, le ofrece al fotógrafo un interlocutor para reflexionar acerca de sus recuerdos y secretos y le dan a la novela un giro y una tensión extrema.
Son solo dos personajes y el recuerdo de una mujer, los que llevan adelante esta novela fantástica, en donde guerra y arte, dolor y belleza se confunden y entrelazan de manera perfecta.
Mantengo una deuda eterna con aquel lector, que me señalara con exactitud quirúrgica la maestría del relato Perez-Revertino, la que solo podre pagar, en pequeñas cuotas, señalándolo a otros. Más adelante volveré a reseñar algún otro trabajo del español, pues tiene varias piezas maestras, semejantes a mecanismos de relojería, ya sea para la dama o el caballero.
Siempre que vendo algún libro de este autor, vuelve a mi cabeza la imagen del pintor de batallas adentrandose en el mar, con el tributo a Caronte bajo la lengua.



Ampliación del campo de batalla - Michel Houellebecq


Me fume la edición pocket de este libro de una sentada, durante el postoperatorio de un familiar en una clínica cordobesa. Houellebecq, Ingeniero agrónomo e informático, especialista en exportaciones, irrumpe en el mundo de la literatura con esta, su primera novela, que tiene mucho de autobiográfica, a tenor de que su protagonista es un treinteañero, empleado como asesor del Ministerio de agricultura Francés para brindar charlas de capacitación en informática, totalmente desencantado de la humanidad y de las relaciones personales, a las que acomete con depresiva desidia. Acaba de terminar una relación sentimental altamente destructiva, situación que le impone una forzosa abstinencia sexual, y repugnancia por las mujeres psicoanalizadas, “Implacable escuela de egoísmo, el psicoanálisis aniquila cualquier aptitud para el amor, tanto mental como físico” dice y hay que creerle. La sola compañía de un feo compañero de trabajo, le da pie al protagonista para explayarse acerca de la decadencia de la sociedad actual, con párrafos imperdibles, como el que sigue:
“Definitivamente, me decía, no hay duda de que en nuestra sociedad el sexo representa un segundo sistema de diferenciación, con completa independencia del dinero; y se comporta como un sistema de diferenciación tan implacable, al menos, como éste. Por otra parte, los efectos de ambos sistemas son estrictamente equivalentes. Igual que el liberalismo económico desenfrenado, y por motivos análogos, el liberalismo sexual produce fenómenos de empobrecimiento absoluto. Algunos hacen el amor todos los días; otros cinco o seis veces en su vida, o nunca. Algunos hacen el amor con docenas de mujeres; otros con ninguna. Es lo que se llama la "ley del mercado". …En un sistema sexual perfectamente liberal, algunos tienen una vida erótica variada y excitante; otros se ven reducidos a la masturbación y a la soledad. El liberalismo económico es la ampliación del campo de batalla, su extensión a todas las edades de la vida y a todas las clases de la sociedad”
Si amigo/a, corra a comprarlo, a esta hora todavía esta abierto.