27 sept 2010

El curioso incidente del perro a medianoche - Mark Haddon


Cristhoper, el protagonista y narrador de la novela, una noche encuentra al caniche de su solitaria vecina despanzurrado en el jardín y en un malentendido es culpado por esta del crimen canino, situación que le provoca una pintada de dedos en la policía.
Cristhoper vive solo con su padre (aparentemente su madre murió un par de años atrás) tiene 15 años y un trastorno neurológico catalogado como síndrome de Asperger que dificulta notablemente su interacción social. Esta alteración de espectro autista, le impide entender el lenguaje no verbal, lo que entorpece la interpretación de la información que recibe; en contrapartida posee una inteligencia muy superior a la normal en aspectos como el lógico-matemático y una incapacidad absoluta para mentir o entender metáforas y frases de doble sentido.
El incidente con el perro lo ha avergonzado y lo impulsa a investigar la identidad del asesino, volcando sus consideraciones en un libro que comienza a escribir a instancias de su maestra en la Escuela Especial a la que asiste. Su escaza empatía dificulta notablemente su cometido, al punto que su padre descubre el libro y temeroso de que su hijo se meta nuevamente en problemas, se lo confisca, prohibiéndole terminantemente continuar sus planes referidos al suceso del perro. La intención de recuperar esas anotaciones aproximará al protagonista a una seguidilla de revelaciones acerca de sus progenitores, quienes por acciones u omisiones, terminan por empujarlo a enfrentarse con sus miedos y obsesiones, pero también con una sociedad prejuiciosa que encasilla y ningunea su neurodiversidad.
El autor no expone estas conductas de manera obvia y panfletaria, sino que lo concibe en la piel del protagonista, pues el libro que leemos, no es otra cosa que el escrito por Cristhoper a partir de la injusta acusación de su vecina. Y es precisamente esa actitud, la de ponerse en el lugar del distinto, lo que lo hace creíble y placentero.
Juzgo interesante conocer como alteraciones de este orden no impiden el desarrollo integral del individuo, aunque resulta muy peligroso que como sociedad, en el procesamiento de la información que nos llega, seamos incapaces de interpretar los gestos que nos alertan sobre padecimientos futuros. Y actuar en consecuencia.

12 sept 2010

Como ser buenos - Nick Hornby


La efeméride imponía mi presencia en el tradicional acto escolar del Día del Maestro, al estímulo de la participación de uno de mis niños. Las palabras de bienvenida, lejos de toda originalidad, transitaron las hondas huellas de la función docente tras la “formación de personas de bien”, anhelada tierra prometida al que deben ser guiados prioritariamente los párvulos inocentes. No estamos aquí para juzgar resultados, sino para formular la pregunta de examen: ¿Cómo es una persona de bien? ¿Qué es ser bueno?
Una de las posibles respuestas, quizás la haya ensayado el inglés Nick Hornby en precisamente: Como ser buenos.
La novela es narrada en primera persona por la medica Katie Carr, madre de dos hijos en edad escolar, casada con David, un cínico y malhumorado columnista de un diario Londinense, lugar donde residen, en uno de sus tranquilos y acomodados barrios. Su infeliz vida matrimonial la lleva a adornar la frente del esposo con un desconocido y aprovechar el público desliz para separarse. Lejos de lo esperado, tras una terapia con el gurú DJ Goodnews (un ex toxicómano transformado en manosanta) el marido no solo la perdona, sino que se transforma en lo que ella siempre soñó: un ser cariñoso, comprensivo y preocupado por el prójimo.

"Soy la peor pesadilla de un progresista –dice David al final de su letanía, con una sonrisa que podría describirse perfectamente como maliciosa.
-Que quiere decir eso?
-Creo en todo lo que tú crees. Pero yo voy a ponerlo en práctica."
El “nuevo” David es un desenfreno de solidaridad y buenas intenciones; dona los juguetes y computadoras de sus hijos, conmina a sus vecinos a seguir su ejemplo y alojar a jóvenes sin techo en sus dormitorios, invita a Goodnews a vivir a su casa y se empeña junto a este a solucionar la miseria del mundo. Tanta bondad transforma en un mar de dudas el mundo de certezas de Katie, obligada por imperio de las circunstancias, desde su concepción liberal, a aceptar las contradicciones del liberalismo y a redefinir los límites dentro de los cuales sentirse razonablemente satisfecha con el nivel material de su vida.

"Sabemos lo que está bien, pero no lo hacemos porque es demasiado arduo, exige demasiado; y ni siquiera el tratar de curar a la señora Cortenza es garantía de nada, así que de una forma u otra acabo siempre el día con cosas en el debe en lugar de en el haber… David, entre tanto, se ha estado confabulando para salvar a los sin techo. Y, sin embargo, sigo aferrada a la creencia de que soy mejor que él."
Contada en un tono accesible y ameno, plagada de referencias de actualidad y fundamentalmente con una gran dosis de humor, característica singular y atractiva del autor, a lo que equivocadamente algunos consideran –al hacer reír me refiero- como algo de menor valía en la producción literaria. Seguramente ese tipo de lector discrepará conmigo cuando afirme que Nick Hornby es un maestro. Y esa actitud lo apartará del camino del bien. Sí.